Sigo preparando el Derbi, ¡no se me olvida!, como parte de
las tareas hoy tocaba visitar la pastelería de Don Manuel Segura, pero no una
cualquiera, la oficina central, esa pastelería que conozco desde niño y que
siempre regentada por la familia Segura nos ha endulzado la vida a todas los
Darocenses desde que tengo razón y mucho antes.
Pero este solo era el primer paso, había un asunto difícil de
solventar y era elegir los tamaños teniendo en cuenta que los adoquines son
para los de S.D. Huesca, no acostumbrados a esto, una mala elección podría
producir problemas en el degustador, insisto, no sería el primero de Huesca que
se le garrapiña los órganos internos por una elección de un tamaño superior a
su tolerancia a los adoquines.
Ya en días anteriores intenten encontrar algún tipo de
información sobre dosimetría sobre carbohidrato cristalino, comestible y
soluble en agua en la poblaciones de seguidores de la Sociedad Deportiva Huesca,
pero no lo creereis, ¡no existe!, me pregunto a qué se dedica la Universidad y
sobre todo el departamento de alimentación.
Por fin he encontrado una solución en la sabiduría popular,
que me recomienda que aplique “la ley de los bautizos”, que requiere tres
tamaños diferentes, estos tamaños son los tres más pequeños disponibles para
evitar riesgos.
De izquierda a Derecha tenemos:
El tamaño para los “folasteros” o los que no les gusta los
dulces, en tamaño de en medio es para el protagonista del bautizo, osea el
propio bautizado y el de la derecha el tamaño para la abuela, que de paso creo
que es el tamaño adecuado para el propio Sr. Alastruey, más allá de esto puede
peligrar la vida del artista, ¡vamos con ese reto!.