La era del spin (I)

En la edad media la mayoría de los hombres y mujeres podían vivir en una pequeña aldea de la cual no se alejarían en toda su vida, es más difícilmente se relacionarían con nadie que viviese en la pequeña aldea, ni recibirían influencia más de algo o alguien que estuviese mas allá de unas pocas calles o casas, en consecuencia su área de influencia era su aldea, que conformaría todo lo conocido, todo lo que le influía y todo lo que ella podría aspirar a influir, la esfera intima del aldeano con quien se comunica, de quien aprende, a quien enseña, con quien hace el amor coincidiría casi perfectamente con su aldea física. Solo unos pocos casos el buhonero, los cómicos o los soldados ampliarían esta zona geográfica a una región o quizás a un país, y solo en caso míticos como Marco Polo o González de Clavijo podrían conocer otras culturas y otras civilizaciones. La situación para estos últimos mejoró con el comercio y la revolución industrial con una mejora evidente en los medios de transporte gracias al vapor, o mejor dicho a la máquina de vapor, aun así la circulación de las ideas todavía tenía grandes barreras, pero ya al individuo moderno su aldea se fue ampliando poco a poco, pero en el siglo XX se aprovechó el desarrollo científico del electromagnetismo y aparecieron la radio, el teléfono, la televisión y por último los ordenadores y las comunicaciones digitales, cualquier persona que físicamente en la edad media estaba en su aldea de unas pocas casas, a principios del siglo XXI su esfera intima se extiende por todo el planeta, gracias a las comunicaciones digitales, ahora vive en una aldea global.

Esta revolución en las comunicaciones e informática ha sido posible porque a su vez hubo un gran cambio económico y científico desde el siglo XIX cuando empezó la revolución industrial, ya en el siglo XIX el electromagnetismo clásico quedo formulado, pero hacia mitad del siglo XX se construyó el primer transistor, aunque este transistor era del tamaño de una botella. Por otra parte la lógica booleana había establecido que con un reducido conjunto de puertas lógicas se podía construir cualquier función, es más tanto las puertas NAND como XOR son un conjunto completo, lo cual significa que si yo tengo un dispositivo que se comporte como esa función puedo construir cualquier función, con lo cual puedo construir un ordenador digital. El transistor tiene un modo de funcionamiento, como inversor, que añadiéndole una segunda entrada forma fácilmente una puerta NAND, con lo cual ya tenemos un dispositivo candidato, pero no todos los problemas están resueltos, el gran tamaño de los transistores y la gran cantidad de ellos que se necesitan para cualquier maquina operativa, hacia que el tamaño y el consumo fueran gigantescos, se había mejorado con respecto a las válvulas, pero todavía no permitía toda las explosión de dispositivos que vendría en los años 70 y posteriores.

Hacia los años 60 aparecería la microelectrónica los primeros circuitos en una pequeña superficie, y como predijo uno de los pionero, estos se han estado haciendo cada vez más pequeños, y con una mayor cantidad de transistores, la ley de Moore, si se le puede llamar así, dice que cada 18 meses el número de transistores que se pueden integrar en una superficie se duplica, pero ¡ojo! este aumento tiene un límite, que en estos momentos estamos rozando, además que esfuerzo de duplicar aumenta con el tiempo. En los años 70 aparece la primera CPU, el 4004, con unos pocos miles de transistores, pero ya los procesadores Pentium saltaban a 55 millones de transistores, pero en todo este camino ha ocurrido un fenómeno de ida y vuelta, si la miniaturización permitió solventar los problemas de consumo eléctrico y disipación de calor, cuando aumento cada vez más las necesidades de cálculo, que aumentado más rápidamente que la integración, de nuevo los CPDs se convirtieron en grandes consumidores de electricidad, aire acondicionado y grandes espacios, con lo cual hemos vuelto a los problemas de esos grandes ordenadores como ENIAC, eso sí en el camino hemos ganado una gran capacidad de cálculo.