El Faraón contra Maslow (II)

Por mi cuenta y riesgo he decidido ponerles un nombre ha estos dos tipos, al grupo de soluciones más simples, los denominaremos “Faraones”, al grupo en que los modelos de gestión son más complejos, aceptando también mayores incertidumbres los denominaremos “Maslows”. Seguramente a la hora de gestionar las distintas áreas de una compañía donde estos dos tipos se van a tomar caminos totalmente diferentes es en la gestión de los empleados, el Faraón es muy común, su lema es “palo y zanahoria”, que son todas la herramientas de motivación que él cree que necesita para organizar a sus trabajadores, ahora se puede entender mejor la denominación de faraón, es la imagen que me creado yo de cómo debió salir adelante un proyecto como las pirámides de Egipto, esto unido a un modelo de liderazgo despótico, sin muchas concesiones a otras reflexiones, ni otros modelos.

Seguramente el modelo de gestión de los recursos humanos o del proyecto por muy inhumanos que nos parezca, y más 4000 años después, y para este tipo de empresa se debería considerar correcto, porque se adaptaba muy bien a la época, la sociedad y el tipo de proyecto, pero la cosa cambia sustancialmente si trasladamos esto al siglo XXI, a nuestra sociedad y a una TIC, y cambia por la propia naturaleza del negocio, en tecnología o en las empresas que están involucradas en este tipo de proyectos, hay muchas tareas que requieren perfiles distintos, pero sobre todo hay una gran cantidad de riesgos que gestionar, que necesitan de involucrarse a todos los participantes, pero involucrarse, como aparece en los manuales, en unos huevos con beicon, el cerdo se involucra y la gallina solo participa, y esto es difícil con la filosofía de “palos o café”.

No obstante, un liderazgo autoritario debo reconocer que en algunos momentos y escenarios puede dar sus frutos, aunque seguramente estos no serán muy duraderos, pero en situaciones de los empleados tienen poca experiencia, y donde tomar sus propias decisiones las ven cargadas de riesgos este tipo de liderazgo puede ser recibido con alivio, mientras el proceso de adquisición de experiencia y de formación del equipo no esté concluido, pero como regla general el temor no estimula la creatividad, más al contrario es el refuerzo positivo que necesita la picaresca para desarrollarse en todo su esplendor.