Mi madre me regalo una planta hace unos meses, estaba hermosísima parecía una sequoia en miniatura, entonces decidí que aquella planta sería la envidia del vecindario porque iba a ser la más alta y bella de todo el barrio, y además lo iba a ser ya, no había tiempo que perder, el éxito me esperaba. Corrí a una gran superficie y le compre abono liquido, y a partir de ese día no le faltó ni agua, ni abono, ni ningún cuidado que yo podía proporcionarle a mi planta, costase lo que costase. La planta pronto reaccionó a tantos cuidados y tanto cariño, lo que inicio una fase de desarrollo que yo creo que ningún botánico había antes constatado en esta especie, pero poco duró mi alegría, la planta empezó perdiendo algunas hojas, y después los tallos más robustos, con lo cual yo intensifique los cuidados que solo sirvieron para acortar su agonía, con este terrible fracaso a mis espaldas me trague el orgullo y acudí a mi madre para que le hiciese la autopsia, ella estableció la causa en que no había respetado el ritmo de crecimiento de la propia planta, vamos un especie de stress verde, ella tenía plantas similares que prácticamente no les dedicaba atención, pero estaban preciosas. Ahora estoy convencido de cuál fue el problema no respetar los ritmos, algo que está en todas las cosas y que ignorarlo produce efectos nefastos y ahora bien lo sé.
Cuando apareció el parque tecnológico Walqa en Huesca me pareció una gran idea, en una ciudad muy amable para vivir, no solo por lo cómoda, sin un entorno envidiable, la vida no tan cara como en una gran ciudad y en el entorno de la universidad, además el enfoque parecía el adecuado pequeñas empresas que se dedicaban a algo que estaban surgiendo y que eran capaces de aportar cosas, era la época del comercio electrónico y los comienzos de la movilidad, el planteamiento era inmaculado, no solo eso era el planteamiento que en los años 50 la universidad de Stanford hizo con su polígono tecnológico, Silicon Valley y que hoy entre otras cosas se le conoce como la cuna de HP y otras grandes monstruos del mundo IT, pero alguien parece haberse puesto nervioso con el proyecto, y parece que algún político, en lugar de dar tiempo que estas empresas crezcan, no olvidemos que en California al parque le costó 30 años dar frutos, ¡pero qué frutos dio¡, como decía alguien ha considerado que crecía demasiado despacio, y para solucionar el tema se han instalado Empresas que trabajan para el Gobierno de Aragón. La primera pregunta es si esto es un parque tecnológico o un polígono de la administración, creo que no es muy descabellado pensar que estas empresas desaparecerán el día que los presupuestos del Gobierno de Aragón deje de acordarse de ellas, pero lo peor es que han absorbido el capital humano que había y las empresas prometedoras se han ido con viento fresco, normal, ¿si yo no “pillo” del presupuesto de la DGA que hago aquí?, me da la impresión que a Walqa no le han dejado su ritmo, y tarde o temprano caerán los tallos al suelo, pero esta vez no preguntare que paso.
El Gobierno de Aragón que parece que es especialista en tener buenas ideas pero ejecutarlas fatal, impulso el parque empresarial de Ranillas, pero ahora en lugar de un parque empresarial, parece que su intención es desplazar parte de sus dependencias a él, amenazando en concertir Ranillas en un parque administrativo, pero ¿no debería darle su ritmo a Ranillas?.
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