Trabajar en la nube es algo que suena mal, pero los gurus de Internet apuntan que es el futuro, y digo que suena mal porque en el colegio más de una colleja me han dado por andar algo despistado mientras me espetaban “fulanito que estas en las nubes”, sin derecho a réplica, si lo hubiese sabido entonces podía haberle replicado al maestro de turno, por favor estoy trabajando en el futuro. Lo cierto que aun habiendo tenido estos inicios tan prometedores el tema conviene reflexionarlo adecuadamente para saber de qué tipo de paradigma estamos hablando, sus ventajas e inconvenientes, porque todo tiene dos lados y si bien la cara amable es muy atractiva, pero supone un cambio profundo en nuestro negocio que podemos dejar fuera de nuestro control. En principio trabajar en la nube, es trabajar en una infraestructura y con unos recursos que nos proveen externamente, que no tenemos un control físico sobre ellos, y esto no es más que una metáfora de la propia Internet.
El origen del concepto hay que buscarlo en dos realidades que coinciden en el tiempo, por un lado los grandes operadores terminan acumulando un exceso de infraestructura cuando a aparece la virtualización de la infraestructura y la consolidación de los recursos de sus CPDs les permite una mejor gestión de la capacidad y una abaratamiento de la infraestructura, que les hace disponer de una mayor capacidad residual, o sea capacidad sobrante de la que necesitan para su negocio, que a su vez se convierte en una nueva oportunidad de negocio, por otra parte las empresas de software y hardware se plantean un cambio de paradigma, dejar de vender productos informáticos para vender soluciones, estaríamos hablando que la infraestructura tanto hardware como software la estaríamos adquiriendo no como componentes, sino como servicio, que tiene un mayor valor añadido y una mejora del negocio.
Para entenderlo definitivamente pondremos un caso simple y claro, yo que soy un empresa que desarrollo aplicaciones cliente servidor, para la conexión de mis clientes, aplicaciones pongamos en Powerbuilder, o cualquier otro producto de este tipo, necesito un base de datos, como puede ser Oracle, y una infraestructura de servidores y almacenamiento donde correr el software gestor de base de datos, ese sería el modelo clásico, pero si yo contrato la base de datos como servicio, el proveedor no me vende un hardware y un software cuya responsabilidad de su funcionamiento es mía, sino que me vende el servicio de base de datos para que mis aplicaciones le confíen la gestión de los datos, y la responsabilidad de la gestión de este servicio es del proveedor, y él se encargará de las operaciones y mantenimientos, incluida la instalación, y me descarga no solo de la compra de la infraestructura que necesitaría, sino también de su gestión.
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